Cinco cirujanos de grandes ciudades asisten a una convención médica y discuten sobre qué tipo de persona es el mejor paciente para operar.
El primer cirujano, una mujer de Filadelfia, dice: «Me gusta ver contables en mi mesa de operaciones porque cuando los abres, todo lo que hay dentro está numerado».
El segundo, un hombre de Dallas, responde: «Sí, pero debería probar con electricistas. Todo en su interior está codificado por colores».
Un tercer cirujano de Boston añade: «¡Ni hablar! Creo que los bibliotecarios son los mejores. Todo lo que llevan dentro está en orden alfabético».
El cuarto, de Phoenix, dice: «Siempre me han gustado los obreros de la construcción. Siempre entienden cuando te sobran algunas piezas».
El último cirujano, de Washington DC, desprecia a todos los demás y les pone las cosas claras. «Estáis todos equivocados», dice. «Los políticos son los más fáciles de operar. No tienen agallas, ni pelotas, ni cerebro, ni columna vertebral. Además, la cabeza y el culo son intercambiables».
