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¡No estoy loco!
Uno de los locos del manicomio sale del baño corriendo y gritando desesperado:
«¡Llévenme donde el director que he descubierto mi problema»
Ante tanto alboroto, uno de los médicos lo lleva donde el director.
«¿Qué es lo que pasa?»
«Doctor, fíjese que ya sé lo que me pasa y, tal como se lo había dicho, ¡no estoy loco!»
«A ver, dígame, entonces ¿qué es lo tiene?»
El loco, bajándose rápidamente los pantalones, se mete el dedo medio por el ano; lo saca y, sin darle tiempo a nadie de reaccionar, se lo pasa por la nariz al doctor, al mismo tiempo que le grita:
«Ya ve doctor, no estoy loco: ¡Yo lo que estoy es podrido!»
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