Un matrimonio conducía por Luisiana. Cuando se acercaban a Natchitoches, empezaron a discutir sobre la pronunciación de la ciudad. Discutieron una y otra vez, y luego pararon a comer. En el mostrador, el marido le preguntó a la camarera rubia: “Antes de pedir, ¿podría solucionarnos una discusión? ¿Podría pronunciar muy despacio dónde estamos?”. Ella se inclinó sobre el mostrador y dijo: “Burrr-gerrr Kiiing”.
Un matrimonio conducía por Luisiana. Cuando se acercaban a Natchitoches, empezaron a discutir sobre la pronunciación de la ciudad. Discutieron una y otra vez, y luego pararon a comer. En el mostrador, el marido le preguntó a la camarera rubia: “Antes de pedir, ¿podría solucionarnos una discusión? ¿Podría pronunciar muy despacio dónde estamos?”. Ella se inclinó sobre el mostrador y dijo: “Burrr-gerrr Kiiing”.