Anticonceptivo
dice desesperada:
Doctora, por favor, póngame la T de cobre
(un método anticonceptivo).
¿Para qué? ¿No ve que usted es aún muy
joven? Además, eso es muy incómodo.
Es que doctora, fíjese que la necesito: hace
una semana llegó el cartero y cuando me di cuenta
estábamos…¡pum, pas!… ¡haciendo el amor en el jardín!
¿Y…? Eso no es nada… ¿Para qué la T de cobre?
Es que usted no entiende… también cuando
llega Jorge el jardinero hacemos el amor, y con
Pepe el panadero y Tomás el lechero y…
Ejemm… este… aun así no es para tanto,
no nos vayamos al extremo.
Pero es que también tengo sexo a diario con
el carnicero, el fontanero, el mecánico, el bombero,
el señor de la basura, el esposo de Doña Zoila y…
No, mire mi’ijita, cálmese, cálmese… no
creo que a usted le convenga la T de cobre.
¡Fiuuu…! ¿No?
No, mejor póngase la “P” de puta… ¡¡y cobre!!