2 traficantes en la aduana y un cura
Uno de los dos se acerca y le pregunta al cura:
-Oiga señor cura, me podría hacer el favor de pasarme este radiocassette debajo de la sotana, es que es un regalo para mi mujer y si me lo ven seguro que me lo quitan.
-Bueno hijo-dice el cura- pero debes saber que como buen cura yo no puedo mentir y si me preguntan yo tendré que decir la verdad.
-Vale, vale, si total ya lo tengo todo perdido, nos arriesgaremos.
El cura que va para allá y el de la aduana le pregunta:
¡¡Qué señor cura!! ¿Usted lleva algo?
Y dice el cura- Bueno, hijo, de la cintura para arriba nada, y de la cintura para abajo el aparato
-Ese será para su puta madre
-¡¡¡No!!! ¡¡¡Si es para la mujer de este!!!